La Lectura de Café
A mi prometido y a mi nos fascina tomar café mientras platicamos del mundo, de nosotros y de nada. Muchas veces el café es como un afrodisíaco que nos estimula la lengua y la charla se prolonga y se hace mágica.
Un día mientras disfrutábamos un atardecer maravilloso en la ciudad de Guanajuato, decidimos acompañarlo con unas tazas de café, el clima estaba un poco frío y parecía que pronto comenzaría a llover.
Cuando nos sirvieron el café la charla paso de uno a otro tema, de pronto vimos a una señora que tomaba la taza de la muchacha que estaba sentada con ella; la señora hablaba fuerte y le decía que en el fondo de la taza se veía que un hombre del pasado que fue muy importante para ella había regresado y que, en los siguientes días, lo iba a encontrar al llegar a su casa; nosotros nos sorprendimos por que nunca habíamos visto a nadie que leyera el café o que dijera que lo leía, y entonces le conté a mi prometido las historias que me contaba mi mamá.
Cuando ella era joven e iba con sus amigas a una cafetería en el centro de Irapuato a que les leyeran el café, le platique que mi mamá me contó que a la lectura del café se le llamaba Cafeomancía, por que se considera como un arte adivinatoria o como oráculo para ver el futuro.
Es un arte adivinatorio muy antiguo que se usaba para pronosticar los resultados de una guerra o como le iría a una novia en su matrimonio.
Primero que nada la persona tiene que tomarse una taza de café normal y sólo, antes de tomarlo se acostumbra magnetizar el café con un péndulo (hay mas técnicas); posteriormente se ve como van quedando los pedacitos de la semilla triturada en el fondo, borde y paredes de la taza, se dice que se le tiene que tomar siete veces a la taza. Se le da vueltas a la taza y se deja reposar siete minutos y siete segundos.
Posteriormente se comienzan a observar los símbolos que se hayan marcado en la taza.
Así que los símbolos plasmados a los lados indica las circunstancias que están por suceder y las figuras del fondo señalaran eventos del futuro.
Datos curiosos nos dicen que las personas más aptas para leer el café son las mujeres y sobretodo las mujeres de origen armenio, además se dice que para una buena lectura el café debe estar recién molido.
Cuentan que esta arte adivinatorio comenzó en Turquía y Siria, y en America comenzó a practicarse a principios del siglo XX; gracias a los inmigrantes que llegaron a America, al paso del tiempo se convirtió en un negocio.
Existe una historia muy conocida por la mayoría de los pueblos de oriente que cuenta que la lectura del café se originó a partir de que, hace unos 1.000 años una de las mujeres de un sultán poseía grandes poderes de clarividencia y, debido a la cantidad de tiempo que pasaba sin hacer nada, desarrollo esta técnica al darse cuenta que la borra del café dejaba ver imágenes luego de ser consumido todo el café.
Una vez descubierto esto, comenzó con esta práctica a modo de entretenimiento junto con el resto de las concubinas. Después las caravanas de beduinos se sentaban alrededor de las fogatas a continuar esta tradición para saber que les esperaba mas allá, así que se ha transmitido por medio de la palabra de generación en generación por lo cual no hay mucha información acerca de este arte adivinatorio.
Pero al final nosotros somos los que aceptamos si es verdad, o sólo un antiguo cuento de las noches junto a la fogata en el desierto.
Gabrielle Vallejo M.
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