Junio 2011, 3er aniversario

Cuando uno crece comienza a preguntarse qué es lo que está haciendo, si lo que hace está bien o está mal, a dónde nos llevan esas decisiones y sobre todo, si estamos a gusto con ellas.

La motivación llega con los resultados. El Muro cumple este mes de Junio de 2011 su tercer aniversario, y nos sentimos sumamente contentas de poder decir que, cada edición es un espejo de nuestros deseos y de nuestros corazones. Cada hoja es fiel a nosotras mismas.

A lo largo de estos tres años hemos enfrentado retos de verdad importantes, también disfrutamos de nuestros triunfos, pero, lo más delicioso es poder conocer y compartir este espacio con gente tan apasionada como nosotras.

Nuestros lectores y colaboradores alimentan a esta publicación y a sus humildes soñadoras que siempre buscan hacer lo mejor para ustedes.

En esta ocasión, no solamente presentamos nuestra fabulosa portada de “gala”, elaborada artesanalmente por las soñadoras y nuestros diseñadores, también nos permitimos presentar, en esta primer hoja, una verdad muy especial… la verdad de ser escritores y seres humanos… en boca de uno de nuestros colaboradores:

Reflexión Primera:
No sé si mis versos formen un poema, y si realmente mis poemas tengan poesía. Yo le escribo al amor en cualquiera de las formas concebidas por el Hombre. Le escribo a la mujer en su grandeza cósmica, madre de todo ser pensante sobre La Tierra.

Escribo para mitigar la cruda antipatía a la vida, y recuperar la luz del sol en mis ojos. Escribo porque para mí, no hay mejor manera de aprender a llorar de alegría.


- Daniel Cadena B.

Soñadoras, colaboradores, lectores… amigos… Muchas gracias por todo el apoyo, desde el fondo de nuestros corazones.

Bienvenidos a El Muro, con tres añitos!!

Sinceramente:
Ivonne Mancera
Directora Editorial

jueves, 24 de diciembre de 2009

De la serie de cuentos cortos. Ivonne B. Mancera


EL LUNÁTICO



“Balam, los pollos no vuelan”




Todos los jueves era día de tianguis.
Por alguna extraña razón a Balam le gustaba el alboroto de aquellos lugares llenos de gente, de puestos tambaleantes y con olor a Sol mojado. Por ser pequeño, nadie lo veía y todos lo empujaban… sobre todo cuando se quedaba detrás de mamá.

Aquel jueves, Balam fue con mamá al tianguis. En sus cinco largos años de vida, había probado la mayoría de los caramelos sabrosos que tenían en aquella gran dulcería en el interior del mercado.
A Balam le gustaban esas gelatinitas en tubitos pequeños, de distintos colores, que sabían bien sabroso y que siempre lo dejaban queriendo más. Mamá decía que podía disfrutar de uno antes de la comida… papá decía que podía saborear uno después de la comida… entonces, Balam comía dos gelatinitas entubadas cada jueves… y otras dos más mientras se escondía debajo de su cama antes de meterse a bañar.

Ese jueves no parecía distinto, Balam recorrió los primeros pasillos del tianguis con mucho trabajo. Una señora le revolvió el cabello rizado e incontrolable que coronaba su cabecilla, otra señora le dio un golpecillo con la bolsa de mandado que traía la imagen de un puerquito feliz… Balam sabía que no podía estar feliz… los mataban para que él pudiera comérselos.

Un hombre bigotón que decía ser amigo de papá dijo que tenía los ojos rasgados de mamá y la sonrisilla traviesa de papá. A Balam siempre le decían lo mismo sobre su cara… pero él sabía que se parecía a Spider Man.

Después de ir a comprar esas fresas que mamá le servía con azúcar, fueron juntos con un par de bolsas llenas de cosas raras al lugar ese que tanto le desagradaba. Un montón de bocas de pescado y ese olor que le daba asco, asco.

- Ya vámonos

Suplico Balam a mamá, que compraba un poco de filete de pescado.

- Un poco más Balam… espera un poco, luego iremos a la dulcería

La verdad es que Balam amaba los dulces, pero el olor de los muertos esos feos, no era nada agradable. Aparte, enfrente de la pescadería había unas grandes cabezas de puerco, que parecían culparlo por el puerquito que se había devorado la otra semana.

“Papá dijo que no me preocupara, que los puerquitos se pueden comer” pensaba mientras se agarraba de la mano libre de mamá y la apretaba, sin dejar de vigilar a las cabezas colgadas, por si acaso, sólo por si acaso.


Mamá le dio un poco de agua y lo llevo a la dulcería. En ésta ocasión, Balam podía elegir dos bolsas de dulces, para todo el mes. Sus ojillos cafés se abrían ávidamente. Todo, todo le gustaba, quería un poco de ese chilito que le lastimaba la garganta, quería unas paletas con chicle en el centro, quería esos churritos en forma de O que se podía poner como anillos en los dedos y después comérselos.

Pero debía elegir con cuidado, con mucho detenimiento… entonces, cerro los ojos y agarro las primeras dos bolsas que su manita pegajosa tocó. Una bolsa de paletas con chicle en el centro y una bolsa de gelatinas en tubos.

Mamá lo dejaba cargar sus dulces pero nada más… la última vez que Balam se puso necio y cargo la bolsa de las frutas se cayó, se raspo las rodillas y no pudo pintar acostado en el suelo… por dos largos días… dos días sin pintar en el suelo eran un terrible sufrimiento.

Siempre que Balam compraba los dulces sabía que era hora de ir a casa. Mamá se detuvo a ver unas bolsas gigantes… Balam creía que mamá compraría una de esas bolsas para poder cargarlo a él, porque eran enormes.
Fue en ese momento cuando Balam escucho un sonidito extraño. Le recordaba al jardín de su casa, al árbol grande bajo él que papá y mamá se sentaban mientras él jugaba a aventar el pasto. Era el sonido de los pajaritos.

Busco el lugar de donde provenía. Su carita soltó una sonrisa que lo iluminó completamente.
Los piecitos le comenzaron a temblar y quiso correr, pero la mano de mamá no lo dejo.

- ¡¡Mamá, mamá!! ¡Mira esos pajaritos mamá! ¡Quiero verlos! ¡¡Vamos!!

Se acerco a la cajita de cartón medio picoteada y medio apestosilla que contenía todos aquellos animalillos escandalosos. Balam se quiso acercar pero los traviesos comenzaron a brincar.

- Mamá, ¿qué tipo de pajaritos son?
- Son pollos Balam

Eran pollos. Bueno, ahora ya lo sabía… los miró con la sonrisa aun más grande que cuando los escucho. Había de muchos colores, unos rosas, otros azules, otros amarillos y otros verdes.
Mamá agarro uno y se lo enseño a Balam. Era tal vez el pollito más escandaloso de todos los que había en la caja; cerro los ojitos cuando el ave trato de salirse de las manos de mamá.

- No te asustes Balam, no te va a pasar nada
- Si me muerde… me va a salir mucha sangre mami
- No niño… mira

Mamá puso al pollito en el piso… Balam se quedo quieto, quieto. De verdad que si lo picaba le iba a salir mucha sangre pero un niño valiente debía experimentar de todo… eso decía papá y, Balam sabía que papá nunca, nunca, nunca mentía.

Extendió su mano y le tocó la cabecita… era chiquitito y muy suavecito. Balam abrió los ojos y el pollito se le acerco. Era todo verde.
Mamá permitió que Balam se llevara al pollito. Pasaron a comprar una canastita y un poco de pan para darle de comer.

Al llegar a casa, papá ayudo a Balam a hacer una casita de cartón para el pollito. Ahora Balam tenía que elegir el nombre… después de pensarlo mucho, mucho, mucho… decidió que se llamaría: Mostro.

Mostro era muy inquieto, andaba por todo el patio haciendo correr a Balam detrás de él. Balam quería darle gelatinitas pero Mostro no quería… apenas y se dejaba agarrar.
Balam se divirtió mucho todo ese jueves con Mostro… no quería irse a dormir para poder cuidarlo pero el cansancio y los arrullos de papá lo obligaron a cerrar los ojos.

Apenas Balam sintió la luz tocarle los ojos, se levanto, se puso sus pantuflas de Spider Man, se abrigo y salió a ver a Mostro.
Le dio un poco del pan que mamá dejo en la mesa, y le acarició la cabecita… papá dijo que no lo hiciera muy fuerte para no lastimarlo.

- ¡Balam, ven a desayunar!

Grito mamá desde la cocina. Balam entro y se sentó para comer su cereal de figuritas extrañas… la verdad es que nunca sabía que eran pero le gustaban, con leche y sin leche.
Por esos meses muchas urracas se paraban en el gran árbol del jardín haciendo un ruido espantoso… a mamá no le gustaban pero papá decía que debían dejarlas en paz, ellas solas se irían.


Balam las vio un rato mientras desayunaba. Volaban alto, alto y luego caminaban por todo el patio… pensó que Mostro debía aprender a volar… porque a nuestro niño de cabello rizado le encantaban los aviones y quería que Mostro jugara a que era un avión (como papá lo hacía con Balam, cuando se iba a meter a bañar).

Después de cambiarse y luchar con mamá para ponerse las sandalias rojas que tanto le gustaban, salió decidido a enseñarle a Mostro cómo iba a ser un avión.

- Abres las alas, así

Dijo a Mostro extendiéndole las alas… el pollito chilló y se le escapo de las manos llenas de la gelatinita de la mañana. Lo agarro de nuevo y acariciándole la cabeza le dijo:

- Vas a ser un avión

El primer intento fue en el patio… Balam vio en la televisión a un hombre dejando ir un pájaro blanco hacía el cielo. Tomó a Mostro entre sus dos manitas y lo aventó hacía el cielo.

Mostro se cayó sin siquiera abrir las alas. Balam hizo una mueca de desagrado.
La segunda prueba fue en la cocina. Balam se subió a una silla mientras mamá andaba en el patio y lo lanzó desde lo más alto. Ésta vez parecía que Mostro lo iba a lograr, abrió las alas pero…pum, se cayó otra vez de panza.

Balam estaba confundido, enojado y se sentía defraudado, ¿cómo le iba a hacer para que sus soldados volaran bien lejos si Mostro no quería ser un avión?.
La última oportunidad de Mostro debía ser peligrosa, para que hiciera lo que tenía que ser… ser un avión.

Balam lo agarro y lo metió en las bolsitas de su overol azul. Mientras subía las escaleras le platicaba a Mostro su plan:

- Mira Mostro, eres un avión… vamos a tener al ratito una misión secreta, así que necesito que vueles… así como esos pájaros del árbol. Vas a ver que ahorita aprendes, eres muy inteligente

Papá estaba en el cuarto de Balam, arreglando los juguetes en el pequeño juguetero al lado de la ventana.

- ¿Qué haces flaco?
- Mostro es un avión
- Mostro es un pollo Balam

Balam abrió la ventana, saco a Mostro de la bolsa y lo aventó sin pensar nada. Mostro cayó rápidamente e hizo plop contra el suelo. Balam espero a que se levantara. Desde allá arriba le grito a Mostro que era un tonto de verdad porque no sabía ser un avión.

- ¡Balam!

Grito mamá desde el patio, mientras se agachaba a mirar a Mostro, que era ya una calcomanía nada más de un pollo.
Papá se acerco a Balam y lo bajo de la silla desde la que se asomaba al patio.

- Ven acá, te vas a caer chaparro
- Mostro está allá abajo

Papá abrió los ojos muy, muy grandes… miró a Balam que se asomaba por la ventana. Él también se asomo y vio a mamá recogiendo a Mostro con una servilleta larga, larga.

- Balam, ¡Los pollos no vuelan!




- Ivonne B. Mancera

domingo, 20 de diciembre de 2009

Leyendo por ahí. Por: Gabrielle Vallejo M.


Las estrellas ya no se ven


Cada día y cada noche está más contaminado.
El otro día me encontré un artículo en Internet de la contaminación lumínica. Me impacto muchísimo que estas dos palabras estén juntas: contaminación, lumínica. ¿Qué es esto? ‘¿Cómo es posible que ahora tengamos otro tipo más de contaminación?.
Así que seguí leyendo el artículo y descubrí que la contaminación lumínica puede definirse como la emisión del flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnos en intensidad, direcciones, rangos espectrales innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces.

La contaminación lumínica tiene como manifestación mas evidente el aumento del brillo del cielo nocturno, por reflexionar sería necesario distinguir que no sólo las luces de las casas o los negocios contaminan, si no que las luces de los espectaculares también contaminan y los gases también alteran la calidad del brillo del cielo; así que cuando volteamos a mirar el cielo vemos las nubes densas de smog y decimos ¡mira el cielo está nublado y no hay estrellas!, jaja pero no está nublado, está contaminado y además ni siquiera nos damos cuenta, ¡vaya esas son cosas tristes!.

Para hacer peores las cosas, los efectos de una luz mal ocupada no sólo contaminan esa área si no que además la luz se difunde por la atmosfera y su efecto hasta centenares de kilómetros desde el punto original de emisión.

En la actualidad hay muy poca conciencia de este problema aunque sus efectos son muy graves como el aumento de gasto energético, la dificultad del tráfico aéreo y marítimo, el daño al ecosistema nocturno y la degradación del propio cielo.

A partir de 1980 surgieron algunos grupos en pro de mejorar la conciencia social y llevar a la mente de todos la realidad de la contaminación lumínica, por lo general se promueven campañas en las que se explican las medidas para utilizar correctamente la luz.

Algunas recomendaciones serian:
Apaga los focos que no se ocupen dentro de la casa
Comprar focos eco amigables con el cielo
Dirigir la luz hacia un punto especifico
Prohibir cualquier emisión de luz de proyectores que envíen la luz hacia el cielo
Regular el apagado de iluminación ornamental, monumentos y publicidad.

Así que con éstas sugerencias hagamos conciencia y ya que va a ser Navidad próximamente, cuidemos el uso de series navideñas y focos.

Oh... atengámonos a las consecuencias de quedar ciegos frente al universo.

Gabrielle Vallejo M.

La Útopia del Silencio. Por Gabrielle Vallejo M.


“My Frida “

Te amo con toda el alma y con los pedacitos de mi roto corazón, te amo en las noches frías y llenas de silencio.
Te amo cuando veo tu retrato en tus majestuosos diarios, que son más que pinturas.Te amo en mi soledad y en mis sueños, te dedico el altar de mis heroínas y mis héroes.
Te dedico mi corazón mexicano, las lagrimas de mujer y mi caminar cansado.Te amo, por eso te dedico mis letras, mis pasiones y mi futuro.

Frida mía, Frida de todos, Frida mexicana, estás clava dentro de mi corazón, mi vida y mi alma.
Te amo…

Gabrielle Vallejo M.




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“Mujer de Origen”


Mujer no te preocupes por mí,
yo sé que tienes que luchar,.
que tienes que vivir.
La luz que desprendes
es luz de vela,
esperanza en la oscuridad.

No todo es malo en este país de soledad;
te veo trabajando, viviendo, sufriendo
y se me parte el corazón
de mil emociones, con muchos colores
y con distintos sabores.

Eres heredera de una cultura
ya casi muerta;
tu lengua es antigua,
hija de un pueblo,
victima de la soledad.

Tus grandes reyes cayeron
y en tu cuerpo llevas el sello de tu pueblo.
Color morena, piel de canela,
olor de especie y sabor tentador;
tus huesos se rompen,
tus manos se curten al sol,
el trabajo te espera y el padre sol
te canta una canción.

Mujer no te preocupes por mi,

yo sé que tienes que luchar,
que tienes que sobrevivir y
en tu regazo cargar la herencia
de nuestro país.

Quisiera hacer más por ti y no sólo mirar,
quisiera gritar que eres más
que una criatura infeliz,
Quisiera demostrar al mundo mujer
que eres una diosa sin reino,
pero siempre una diosa.



Gabrielle Vallejo M.

Sala Oscura. Por: Gabrielle Vallejo M.

“El Llanto de la Mariposa”


Con las ganas de siempre, experimentando y sintiendo nuevas emociones al mirar la pantalla de la televisión que reproduce ante mis ojos una película intensa, que habla precisamente de experimentar, sentir y descubrir la vida cuando menos la puedes experimentar.

“El llanto de la Mariposa” o Le Scaphandre et le Papillon, es una película francesa del director Julian Schnabel y estrenada en el 2007, basada en el libro “La Escafandra y la Mariposa” de Jean-Dominique Bauby.

Es una película biográfica que nos narra la vida de Jean-Domini al sufrir en 1995 un embolia masiva que lo lleva al borde de la muerte, después de un coma de 20 días Jean despierta con todo su cuerpo inmóvil a excepción de su ojo izquierdo, con el síndrome de cautiverio, Jean se queda internado en una clínica de rehabilitación que se encuentra a la orilla del mar. Con la ayuda de su terapeuta, Jean comienza su rehabilitación y aprende a decirle lo que piensa o quiere con la ayuda de un alfabeto especial que las personas le leen y él con su ojo izquierdo selecciona la letra con un pestañeo; así es como escribe un libro sobre su experiencia de estar atrapado en su propio cuerpo. El libro es publicado en 1997, y como dato biográfico déjenme les cuento que Jean- Domini muere diez días después de la publicación.

El director Julian Schnabel nos presenta una historia conmovedora que por ser un hecho real es difícil llevarla a la pantalla y desarrollar todos los matices esenciales de la trama, produciendo una gran sensibilidad al grado en que llega el momento en que uno cree estar atrapado dentro de un cuerpo que no se mueve gracias al gran manejo de cámara, el efecto de la imagen con los valores estéticos de la belleza y el sentimiento de soledad. Los tiempos son bien utilizados ya que te permite separar los momentos cruciales de la vida de Jean-Domini.

Se requiere de mucha habilidad para entender la esencia de la película y tomar lo mejor de las palabras de Jean-Domini que desarrolla un monologo con su ser imperfecto, aprendiendo qué es la vida, justo en el momento en el que ésta ya no se puede vivir.

Una película conmovedora, pero de un gran valor por su propuesta al análisis de la vida de un individuo que sí uno lo permite, se puede reflejar en nuestra propia vida.
Gabrielle Vallejo M

Viaje Musical. Gabrielle Vallejo M.


Suena Chac Mool


Suenan los caracoles, el canto del lobo va a comenzar, las estrellas brillan en el firmamento de la noche, el espíritu de los dioses comienza a decender y en las entrañas de la tierra la música comienza a llorar.

Aparece en el escenario Chac Mool, (nombre proveniente de una deidad Tolteca, Maya y Azteca de las culturas precolombinas de México) Armando Suárez en el bajo, la mandolina y voz, Carlos Alvarado en los teclados, Eduardo Medina en la batería, Carlos Castro en la batería y percusiones, Mauricio Bielleto voz principal y guitarra acústica y el espectacular Jorge Reyes el la Guitarra y en la voz.

La historia de la evolución del Rock Mexicano esta marcada con la aparición de Chac Mool ya que en 1980 se atrevieron a romper con el concepto que estaba de moda en esos momentos con canciones en ingles y con orientación al blues y al soul, mejor decidieron entrar en la dimensión de lo experimental y el Rock progresivo.

Chac Mool logró crear un ambiente mágico alrededor de su música ya que su técnica lograba crear atmósferas mágicas a través de sus letras.

Chac Mool fue pionero en su estilo dentro de Iberoamérica ya que incorporaban elementos prehispánicos en combinación con sintetizadores, flautas, mandolinas, timbales, violoncelo y más.

En 1980 sacan su primer sencillo “Nadie en Especial”, con letras fantásticas y sobre critica social. Chac Mool tiene dos etapas, una donde era música progresiva y una etapa pop, ambas muy intimas.

En 1985 se disuelve esta legendaria agrupación, pero para 1999 y 2000 tuvieron un encuentro del que salio el disco “El Mensajero de Dios”.
En el 2006 salio un disco llamado “25 aniversario” que incluyo los discos “Nadie en Especial”, “Sueños Metálicos”, “Cintas en Directo”, “Caricias Digitales” e incluyeron un documental con la historia del grupo y una presentación en vivo.

Así pues Chac Mool fue una luz dentro de la oscuridad de la represión de los años ochentas aquí en México, su trabajo rompió con el esquema de los grupos mexicanos de Rock de la época y demostró que con talento, creatividad y trabajo duro los sueños se pueden hacer música.



Fragmento de la canción “Nadie en especial”:
“No soy nadie en especial, un poste de la luzNo soy nadie en especial, un pasajero en el camiónPero de alguna manera me las arreglo para existirDiario despierto con la esperanza de que algo hermoso vendrá”
Chac Mool.


Gabrielle Vallejo M.

Los Ladrillos en El Muro. Daniel Chain B.


“¡GOTA A GOTA!”


“Disolverme en el océano divino como una gota feliz”

Alejandro Jodorowsky


De un grifo mal cerrado caen gotas de agua. Una tras otra, en intervalos de solo algunos segundos. Las pequeñas gotas sienten por primera vez el fresco aire. Al ver el vacío se sienten libres, pero temen, a lo desconocido.

Se deja caer una ¡ahí va! Parece que se desintegra pero va sonriendo, se siente feliz. Antes de descubrir su destino una mueca de angustia y dolor se dibuja en su rostro. El viaje no era tan hermoso como esperaba, bueno, al menos el trayecto si lo fue.

Ninguna de las gotas que precedía a la que se dejaba caer, lograba ver el destino que les deparaba. Era tan rápida la vida que no pensaban, sólo se dejaban llevar por la fuerza cíclica de su naturaleza, por el instante de nacer, caer y convertirse en charco, siendo no más ellas mismas.

Sin ser advertido, el grifo aún seguía mal cerrado. Por muchas horas el asfalto consumía gotas y gotas, vidas y vidas, instantes repletos de angustiosa felicidad a horror y agonía.

Al borde de la boca del grifo, una gota de igual apariencia a todas las demás, al percibir el tan incierto y absurdo viaje decide esperar un momento antes de lanzarse y preguntar: ¿Por qué he de tirarme al vacío como las demás? Meditando una posible respuesta y al no encontrarla retraza el ciclo y las gotas que vienen del vientre del grifo desesperan y empujan a la que interrumpe su camino. Usando de toda su fuerza, la gota radical impide el curso natural del agua. Exhausta, tiene una idea. Se deja caer y detrás muchas otras gotas, desafía a la fuerza de gravedad; suspendida en el aire ve caer gota por gota, todas convertidas en charco. La suspendida en el aire sorprendida de su gran capacidad para evitar la simpleza de su existencia piensa en su porvenir y en todo lo que ahora podrá hacer.

Tomando una decisión y al ver que caían otras gotas les interrumpe su trayecto y así reuniendo, en suspenso, a un número considerable de cristalinas gotas predicó: -“en el nombre de todas las gotas nacidas del vientre de este grifo y que ahora son charco; nuestra vida es muy corta hermanas mías, nuestra vida es absurda, ilógica. Nacemos de grandes yacimientos de agua, de mares, ríos, lagos; nacemos de las nubes, todas conformamos un mismo elemento. Aquí yo me pregunto: ¿por qué perder nuestra forma y tamaño? ¿Por qué desaparecer en un instante y no ser más nosotras? Hermanas mías yo les propongo que por mucho tiempo sigamos siendo nosotras mismas. Es necesario para nuestra supervivencia decidir nuestro destino”-.

El grupo de gotas, que era cada vez más grande, se sacudían y gritaban en una incesante algarabía. Ese júbilo nunca antes los habían sentido, pues antes no les alcanzaba la vida. Sabían que grandes emociones se despertaban en la boca del grifo, pero pasaban tan rápido que era imposible disfrutarlo. Esto era diferente, se sentían rebosantes, realmente felices; habían encontrado el verdadero sentido de su existencia.

La gota líder al darse cuenta que su misma laya compartía su entusiasmo y al observar a su alrededor se encontró frente a un inmenso y maravilloso mundo. Desesperada por conocer y sentir tan excitante paisaje, pidiendo silencio a las demás gotas exclamó: ¡Hermanas, vengan, síganme, vamos a vivir el mundo al fin! Todas juntas, completamente felices, un poco asustadas, se agitaban en el aire a punto de encontrar lo desconocido.

Un grupo grande de gotas saltaban felices en busca de una nueva vida. Al frente, la gota iniciadora de esta aventura, sin titubear, dirigía a las demás. En la calle, admiradas por los altos edificios, por el ruido de los carros y la gente que caminaba tan aprisa, sentían muy dentro de su esférico cuerpo un tremendo pavor a ser aplastadas a secarse por el incesante sol, irse por los aires o perderse entre las nubes de smog. Con todo esto no vacilaron en seguir adelante.

Su objetivo era absurdo, sin sentido, pero sentían una gran satisfacción por el simple hecho de atreverse a hacer algo inusual en su tan corta vida. Las gotas seguían caminando sobre la banqueta, temerosas de ser aplastadas por la gente. Una voz:

¡Hey! ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen aquí?

Las voz surgía debajo de la banqueta. La gota líder hecho un vistazo y se asombro de ver un gran charco sucio, pestilente; aún así la gota líder no vacilo en preguntar:


-¿Qué eres?-
-Soy un charco de agua.-
-¿Llevas mucho tiempo aquí?
-No- Contesta el charco –Yo nací dentro de un cubo de plástico y solo se que volé por el aire y mi cuerpo se deshizo y se hizo como soy ahora. Aunque debo admitir que en un principio era transparente y más liquido.-
-¿Tu guías a todas ellas?- Pregunta el charco refiriéndose a las decenas de gotas que, estupefactas, veían y olían, con repulsión, al charco.
-¡Sí!- ¡Yo las guío hacía nuevos horizontes, hacía una vida más larga, llena de emociones!
-¡Vaya!- Exclama el charco – Yo no sé si soportaría vivir más. El sol seca cada vez más mi cuerpo, pero esta bien ya no soporto mi aspecto. Al principio, cuando era limpio, quería vivir por siempre, ahora ya no…
-Ven con nosotras- exclama la gota.
-No-
-¡Cómo quieras!- contesta la gota indiferente -¡Vámonos!- dirigiéndose a las decenas de gotas.

El grupo de gotas seguían empeñadas en prolongar su vida; ¿por cuánto tiempo? ni siquiera ellas lo sabían. No se daban cuenta que es menos temerosa la muerte cuando se espera naturalmente, sin prorrogas, sin lastimeras súplicas por vivir.

La gota líder llevaba en su mente, desde su charla con el charco, una inquietante idea que podría echar a perder todo su ideal, toda esperanza de alargar su vida. Cómo decirles a las demás lo que ahora se avecinaba, cómo decirles que la satisfacción de hacer lo que están haciendo desaparecerá y que el tratar de prolongar la vida por un patético y superfluo sueño es tan absurdo como caer de la boca de un grifo mal cerrado y convertirse en charco.


Por: Daniel Cadena B.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Los ladrillos en El Muro


A ti

Hoy he descubierto en ti una gran ilusión, has cambiado mi forma de pensar, de vivir y existir, con el simple hecho, de pensarte junto a mí.

Sin importar que nuestros mundos estuvieran estructurados de una manera diferente, ahora todo se ha llegado a formar de una manera bastante coherente.

Tú… una luna nueva, en el enorme cielo azulado, yo… sólo una simple estrella con un gran corazón, que quiere acompañar esta luna, que se refleja en el lago cuando los patos duermen y la niebla aparece.

Cada noche en mí cuerpo sin figura alguna, se queda sólo un poco de tu esencia en una de mis prendas, la cual has rociado para que cuando duerma aquí, te tenga presente.

Con este olor que ha penetrado hasta mis venas, de igual manera yo te quiero entregar mi corazón a manos llenas.

Hoy quiero decirte que sin importar que nuestro dogma sea un poco diferente, hoy en la tierra yo te quiero eternamente.

Fabo
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“EUREKA”

Descubrí independencia total
descubrí la felicidad en la soledad,
mi ubicación en el mundo real,
la ilusión, la bondad y la maldad.

Saber que nací sola y así llegaré,
que sólo conmigo estoy plena
que las opiniones absurdas
deben perderse,
que el populismo da incertidumbre,
y después de todo nada queda.

Encontré el conocimiento y la verdad
como camino a la eufonía,
encontre sentimientos en lo humano,
cuan buscador de tesoros
en el infortunio.

Percibí el olor más fino y dulce
de la flor insulsa y asequible
percibí supremas las tardes cortas
hallando frecuentes las predicas.

Encontré la libertad
en un plano dominado,
vislumbre la coraza de sueños
ante la red de resignación del mundo,
después de todos los sucesos
concebí que lo he descubierto en ti.


Viridiana Benavides M.

La niña buena. Por: Gia Lovetts

“Si…”

Desconocido:

Te hablo a ti porque da igual a quien le escribo.

Me encuentro solo en mi hogar, no puedo decir en qué momento me he convertido en esto, en qué momento me volví algo tan frívolo.

Tengo miedo de salir y de pensar qué le pasa por la cabeza a las personas cuando me ven deambular. Tengo miedo de que se acerquen a entablar una charla conmigo, porque significaría hacer un nuevo cajón en mi vida para otra persona, y la verdad es que alejo a quienes intiman conmigo.

Pienso que ahora no me gusta que sepan de mí, quiero decir que prefiero guardar mis ideas para que no me conozcan.

Me encuentro en una situación peor: antes curaba heridas, ahora me regocijo de crearlas en los demás. Me gusta provocar dolor ajeno… y ni siquiera eso me vuelve en un hombre feliz.

Lo único que me mantiene cuerdo en este instante, es estar en el mismo lugar; no soportaría encontrarme en otro sitio. Me alimento de ilusiones vacías en el que personas de gran jerarquía comprenden mejor lo que me ocurre que cualquier otra persona cercana a mí.

Me interesan más las cosas materiales, porque encontré más facilidad en ellas que en los sueños. Quien alguna vez haya dicho que las personas con dinero no tienen amor… que error el suyo. Para comprenderlo tendría que saber lo complicado de tenerlo y que mis problemas no son en absoluto por amor…

Es sobre el miedo eterno de vivir, de ser diferente. El miedo de lograr algo perdurable. El miedo de encontrar la dicha completa y que me sea efímera.
Mi miedo, persona desconocida, es que el mundo sepa en qué me he transformado.

Gia Lovetts


Llegué en diciembre y el mismo mes me retiro. A las personas maravillosas que conocí por “Cuchicheo”, gracias por enseñarme parte de lo que son. Lectores: les envío agradecimientos, millones de besos y estrellas de buenos deseos.

Letra Escarlata. Por: María G. Barrón

Una señal de sinceridad


Te recuerdo solo y austero, sin más necesidad que la de existir, sin más pretensión que ser.
¿Cómo es que hemos llegado hasta aquí si al parecer estábamos muertos?, ¿Qué realidad escogimos vivir?...

Soy uno y los demás son nadie… soy nada y todo lo demás también… sintiéndome no más patético que el sol cubierto por las nubes, no más simple que la mañana revestida de gris…no más sincero que la verdad; algo más certero que la mentira, algo más organizado que el universo, algo más complicado que yo; constante cuando me voy, constante cuando no estoy, constante cuando te hago daño.

Y la tarde muere: no hay un cielo más rojo que me vea cayendo en un torrente de espirales y agujeros negros...hasta que al final nos damos cuenta que amamos poco o demasiado pero, cuando ya todo ha terminado, justo entonces, entonces empezamos… cuando ya no hay tiempo, cuando somos cadáveres yertos… acostumbrados a la rutina… exhaustos.

Aquí estoy en un lugar de carente prudencia…vigilo las horas tras las penas, las cadenas de amargas tristezas, los dulces recuerdos de vidas incompletas, con los ojos más que rotos y la cabeza hueca…cada noche un adormecedor efecto que obstruye mi mente. Mi sangre se congela.

Una sola luz iluminando, llena el vacío… otro placebo para sobrevivir… mientras me arrastro al sueño.

María G. Barrón A.
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El tiempo

Lo cierto es que la verdad,
que pretenden mostrar tus ojos
es ficción,
y su angustia contamina
mi visión de lo extraordinario.

Encuentro mi paciencia
muerta en el suelo,
miro el reloj y digo:
son las once treinta, anochece,
otra vez;

Confieso que miento al tiempo
siempre que puedo.
¿Y tratas tú de convencerme
que he crecido
y que ya no puedo soñar?

Sigo aquí,
tal vez en mi soledad
pero aun de pie frente al amor
de mi vida.
Al lado de mi más grande miedo
y debajo del cielo.

Aunque son muchos sonidos distantes: los recuerdos.
Ya no se qué parte de ello fue real,
no es que me interese por cierto;
es como si escupiera verdades,
como si me llamaras por mi nombre,
afirmando que mañana y siempre
serás el mismo.

Lo digo sin creerlo
pues ayer fui tonta y un tanto ciega.
Hoy soy de nuevo lo que elegí ser,
parece que no hay nadie ahí
pero la casa está llena de promesas,
de cansadas y aburridas promesas,
Que nunca cumplí,
que nunca cumpliré.

Por eso digo sin ningún esfuerzo
que lo que quieras sentir distinto,
es mentira si no sabemos nada,
y afirmaste saberlo todo.
Caímos de la balsa vacía,
nunca intentaste nada,
naufragamos todos


María G. Barrón A.


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Todavía


Todavía pienso en el día
que te dejé sin decir nada,
sólo me marché.
Pero aún te extraño,
sueño errante y decadente.

No volveré a escapar
por más que desee que estés aquí.
No volveré a recordarte
antes de irme a dormir

Todavía no sé
si estoy completamente sola
o si mi plan austero como mis ideas
se mantiene delirante,
aún conciente de las consecuencias.

Me quise ir al infierno
pero el miedo me trajo de regreso.
Castigando a mí conciencia
prometí encontrarte

Todavía intento rescatarte,
aunque parezca tarde.
Sólo una noche más
voy a dar un paseo por la realidad,
esperando no perderme
y más tarde estar contigo.


María G. Barrón A.

El Resplandor. Por: Ivonne B. Mancera


Federico Fellini:
El cine del espectáculo


Cada que Fellini aparece en la pantalla sabes que te llenara de dos sentimientos: alegría y tristeza.
El cine de Federico Fellini es una lluvia de luces, risas, lágrimas y la realidad que existía en su cabeza y nos quiso regalar.

Federico Fellini nace en Rimini, Italia, el 20 de enero de 1920. Desde pequeño se caracterizó por ser un niño inquieto. Su pasión se volcó hacía el dibujo, especialmente en las caricaturas; a los 17 años publicó sus primeras viñetas, colaborando luego en varios semanarios con el seudónimo de Fellas.

Uno de los primeros grandes espectáculos que atraparon el corazón de Fellini fue el circo. La magia y al mismo tiempo la realidad que veía proyectada en los artistas circenses fue una idea que después desarrollaría y sería fuente de inspiración para sus películas.

Su viaje a Roma acompañado de su madre y su hermana llegarían a marcar su camino pues, ésta ciudad se convirtió en el escenario del crecimiento artístico de un joven Fellini que ansiaba comerse al mundo.

Su primera participación en el mundo cinematográfico la hace como guionista en la película: “El pirata y yo” con Mario Mattoli como director.

En 1943 Federico se casa con Giuletta Masina, una actriz de teatro que se convertiría en una de sus musas y actrices fetiche.

Roberto Rossellini, uno de los grandes directores del neorrealismo del cine italiano, impactaría en el año de 1944 a Federico, quien sería uno de sus más fieles discípulos.
Masina y Fellini tiene un hijo en el año de 1945, que muere dos meses después a causa de insuficiencia respiratoria… nunca tendrían otro hijo.

Su film “La Strada” (La Calle) en 1954, se convierte en la película que lo lanzaría a la mira de los críticos de cine y del público… quienes quedaron encantados con la maravillosa visión de Fellini acerca de los artistas callejeros y la vida del circo. Su esposa, Giuletta Masina protagoniza este film y enamora al público con su fantástica actuación.
Con La Strada, gana su primer Óscar.

“La Dolce Vita” (La dulce vida) en 1959, se trasforma en su éxito comercial más grande. Fellini nos narra la historia de un periodista de espectáculos que vive una vida de excesos y diversión que termina por enseñarle una gran lección: el artista es un ser humano finito.

Fellini tiene la capacidad de introducirte a un mundo lleno de apariencias, de hipocresía y de desentendimiento humano al mismo tiempo que te enseña la ternura, la honestidad y la sensibilidad de los artistas.

El cine Felliniano se centra en la visión que uno mismo tiene de lo que es, de lo que fue y lo que puede ser, para después compartir esa visión del humano como ser imperfecto con el público. Fellini termina siendo uno de los cineastas que brindan por la humanidad, con sus defectos y sus cualidades.


Nos regala el cine del espectáculo.



Ivonne B. Mancera