Pintando a Media noche.
Con el pincel de la soledad pinto unos colores sensacionales, que se mueven como la marea en noche de luna llena, en un corazón que no espera que vuelvas nunca más, pero te espera, porque no entiende que el mar es profundo y que la tierra se pierde en su orilla, que tú eres de otro mundo y yo soy de este solitario y triste pedazo de tierra.
Quisiera que comprendas en mi mirada, en mi pintura y en mi alma, esta triste desesperanza, la soledad que tu destino me causó a mí.
Dónde podré mirarte de nuevo, si no es sólo en mis sueños, y, cuando mi mirada cansada y olvidada te comience a sentir más lejana, entonces yo también moriré.
Esta noche trataré de pintar tus ojos, y esos negros cabellos que me hacen sufrir; no creo poder cumplir con mi cometido, pero mientras muero, muero feliz por haberte tenido, por haberte mirado y por haberte podido acariciar con las yemas de mis dedos en aquel dulce sueño en el que fuiste mía y me amabas, en el que éramos uno mismo y siempre estaríamos juntos.
Ahora lo estaremos en esta pintura de media noche, que será olvidada; pasaran los años y, las miradas que la vean, no sabrán ya nunca más lo que mi amor por ti significó…
Gabrielle Vallejo Montaño.
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