“Pata de palo”
Pobre cojita, con el cuerpo incompleto… cuantas ganas tienes de tener por un segundo en tu vida, dos piernas y correr… movida por el viento.
Pobre cojita, cuantas ganas guardas de tener un hijo, de peinarle los rizos y cobijarlo durante las noches en que hace frío. Tener en tu vientre y entre tus brazos un cachito de él… un pedacito de ese amor que te tiene bien contenta, que te hace sentir completa.
Pero eres cojita… estás incompleta… no sabes hacer de comer, no sabes volar un avión… cantas como si nadie debiera escuchar tu canción… tienes harto miedo de soltar tu bastón.
¡Cojita tan tonta! Él te iba a sostener… por qué tenías que hacerlo dudar, hacerlo alejarse… de los sueños de los dos.
Pobre cojita… naciste sólo con la mitad del corazón, hace poco lo encontraste en el lugar donde se escondió, tal vez no lo puedas recuperar… tal vez lo has perdido otra vez. Tal vez él no quiera sembrar ese otro pedazo en tu cuerpo destrozado.
Tal vez él no quiere vivir su vida y morir a tu lado.
Pobre cojita… no tienes nada que ofrecer… nada más que una pobre mirada, un te amo sincero y un corazón a medias… una pierna rota y una lata de frijoles bayos.
Pobre cojita… nunca tendrás un hijo… agárrate del bastón.
- Ivonne Mancera
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Una tarde parecida a una canción
- Te veías precioso aquella tarde, con tu playera verde y tus ojos sonrientes. Sólo quería abrazarte… sólo quería besarte y comerte vorazmente. Te veías precioso aquella tarde… bajo la jacaranda que nos rociaba con sus hojas verdes, con el mantel de picnic como cobija.
Él se queda en silencio, porque no está acostumbrado a responder a los halagos. Entonces la mira y le acaricia la mejilla, la besa en la comisura de los labios y la despeina un poco.
- Te amo
Dice. A ella no le hace falta nada más… sólo sellar ese bello momento con otro beso, con una mordidita en los labios de él y oler su cuello… sólo le hacía falta saber que la ama… para guardar ese momento como algo eterno.
Él se recuesta y mira el cielo, toda aquella imagen: el jardín, ella con su falda verde y el cabello rizado recogido, él sintiendo el pasto y viendo las nubes en el cielo limpio. Como aquella canción que siempre le recordará a ella, que siempre le recordará ese amor.
- Ivonne Mancera
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