Junio 2011, 3er aniversario

Cuando uno crece comienza a preguntarse qué es lo que está haciendo, si lo que hace está bien o está mal, a dónde nos llevan esas decisiones y sobre todo, si estamos a gusto con ellas.

La motivación llega con los resultados. El Muro cumple este mes de Junio de 2011 su tercer aniversario, y nos sentimos sumamente contentas de poder decir que, cada edición es un espejo de nuestros deseos y de nuestros corazones. Cada hoja es fiel a nosotras mismas.

A lo largo de estos tres años hemos enfrentado retos de verdad importantes, también disfrutamos de nuestros triunfos, pero, lo más delicioso es poder conocer y compartir este espacio con gente tan apasionada como nosotras.

Nuestros lectores y colaboradores alimentan a esta publicación y a sus humildes soñadoras que siempre buscan hacer lo mejor para ustedes.

En esta ocasión, no solamente presentamos nuestra fabulosa portada de “gala”, elaborada artesanalmente por las soñadoras y nuestros diseñadores, también nos permitimos presentar, en esta primer hoja, una verdad muy especial… la verdad de ser escritores y seres humanos… en boca de uno de nuestros colaboradores:

Reflexión Primera:
No sé si mis versos formen un poema, y si realmente mis poemas tengan poesía. Yo le escribo al amor en cualquiera de las formas concebidas por el Hombre. Le escribo a la mujer en su grandeza cósmica, madre de todo ser pensante sobre La Tierra.

Escribo para mitigar la cruda antipatía a la vida, y recuperar la luz del sol en mis ojos. Escribo porque para mí, no hay mejor manera de aprender a llorar de alegría.


- Daniel Cadena B.

Soñadoras, colaboradores, lectores… amigos… Muchas gracias por todo el apoyo, desde el fondo de nuestros corazones.

Bienvenidos a El Muro, con tres añitos!!

Sinceramente:
Ivonne Mancera
Directora Editorial

martes, 23 de noviembre de 2010

Henri Toulouse-Lautrec en El Resplandor (Noviembre)


Henri Toulouse- Lautrec

“Los pinceles y el cancán”

¡Imagina el ambiente maravilloso que se disfrutaba! París, tragos sabrosos de absenta (para danzar un rato con el “hada verde”), platicas por las tardes en los café cantantes, cigarritos, debates sobre política, literatura y la vida; por la noche una visita divertida al “Moulin Rouge” para bailar el cancán con “La Goulue” (La Golosa).

Así era el mundo donde vivía Lautrec, un lugar donde el arte era una forma de vida, no solamente el juguetito nuevo de los burgueses.

Henri fue uno de los pocos artistas franceses dentro del impresionismo que nació dentro de la aristocracia que tanto repudiaban los artistas de esta corriente.

Toulouse nació en Albi el 24 de Noviembre, en el año de 1864. Desde antes de su nacimiento, su vida estaba marcada por una oscura sombra que los aristócratas de todos los tiempos han preferido esconder. Sus padres eran primos hermanos, lo que provoco que, en la edad adolescente y después de un accidente que le fracturaría las piernas, comenzaran a surgir las manifestaciones de una enfermedad genética denominada: Picnodisostosis (enanismo, osteoporosis, falanges terminales acortadas y anomalías craneales), y que en el siglo XVIII no tenía nombre ni explicación.

A pesar de las inversiones en tratamientos novedosos y costosos, Toulouse siguió desarrollándose con las deformidades y el malestar de esta enfermedad, y la única cura que encontró fue en el arte, específicamente y como primera adicción: el dibujo.

Así fue como el enano del impresionismo comenzó sus pininos dentro del arte, como un dibujante lleno de creatividad y, sobre todo, con una agudeza impresionante ante la representación de cada personaje dentro de las historias que narraba con sus trazos.

Apoyado por su familia, sobre todo por su madre que siempre cuido de él (a pesar de que siempre difirió en su forma de pensar y de vivir), se fue a Montmartre, donde comenzó a tomar cursos en las principales academias de pintura de París y, posiblemente, de Europa.

Pero Henri nunca fue un aficionado a los gustos y excentricidades burguesas, ni a los tecnisismos dentro de la pintura, que los profesores de las academias en el siglo XIX querían implantar en los alumnos.

Nuestro enano quería ser libre, quería pintar lo que veía y de la forma en que él veía ese mundo que tanto lo maltrato y que tanto se burlo de él… entonces fue que, paseando por los cafés de la bohemia Montmartre y los bares, Lautrec comenzó a codearse con artistas que compartían su desacuerdo con las técnicas y que lo influenciaron para comenzar a adquirir su propio estilo, hablamos de grandes artistas como: Vincent Van Gogh y Paul Gauguin, que encontraron en Montmartre un lugar libre de prejuicios y lleno de paisajes urbanos y llenos de realismo para plasmar en sus lienzo.

Henri Toulouse era un artista disciplinado y, al inicio de su vida en los suburbios modernos solamente se dedicaba a su gran pasión pero, conforme fue conociendo a los peculiares personajes, comenzó a disfrutar de la vida nocturna y de los vicios, como el alcohol.

Fue en esta vida de excesos, excentricidades y vicios donde Toulouse encontró un lugar, un espacio que a su madre no le parecía el más adecuado, no sólo por pertenecer a una familia aristocrática y de “buenas costumbres”, también por su enfermedad y su deformidad.

Sin embargo, no habría otro lugar en donde Henri disfrutaría de una vida libre y artística como en Montmartre. Las prostitutas y bailarinas de esos barrios lo acogieron en sus habitaciones, tras bambalinas y en el escenario, por su sentido del humor, por su amor al ser humano y por esa necesidad de comprensión y amor que jamás encontró en ninguna mujer.

Las relaciones de Lautrec con las mujeres fueron más que complicadas. En Montmartre conoció a una mujer llamada Suzanne Valadon, con la cual paso gran parte de su vida pero a quién también abandono por su locura pasional… Valadon quiso suicidarse cuando Toulouse no quiso tener un hijo con ella.

Lautrec se convirtió en un gran artista, reconocido en los bajos mundos y en las academias de arte. Su trabajo como cartelista comenzó con la publicidad que hizo para su lugar favorito y donde pasó muchas noches: El Molino Rojo (Moulin Rouge).

Cada uno de los carteles resaltaba muchos de los detalles que hacían especiales a este lugar. Los colores que empleaba Toulouse reflejaban el ambiente festivo, estrafalario y mágico de los lugares, pero los trazos demostraban el vicio, la decadencia y la fugacidad de la felicidad que ahí reinaba.

Toulouse cayó en un grave alcoholismo que empezó a deteriorar su salud. Debido a las drogas y a las grandes cantidades de bebidas alcohólicas que ingería, tuvo su primer Delirium Tremens (síndrome presente en alcohólicos con características como: temblores, alucinaciones, fiebre, etc.). Durante el delirio, comenzó a disparar contra arañas imaginarias… lo que hizo pensar a sus amigos que estaba volviéndose loco.

Henri Toulouse comenzó a enfermarse con mayor gravedad y a sufrir las consecuencias de su alcoholismo y posiblemente, de la sífilis, por las relaciones sexuales que mantenía con las prostitutas.

En sus períodos de recuperación, dedicaba un tiempo a pintar. Sus cuadros fueron un reflejo de sus sentimientos y de lo mucho que sufría. En los últimos cuadros del enano impresionista, podemos ver una oscuridad profunda y lo sombría que se torno su vida.

Lautrec sufrió una parálisis, debido a una hemorragia cerebral en Octubre de 1900, que obligo a su madre a llevárselo nuevamente al castillo en Albi.

Finalmente y después de un largo tiempo de convalecencia, Henri murió el 9 de Septiembre de 1901, a los jóvenes 37 años de edad.

Toulouse no sólo dejo un gran camino dentro del impresionismo, los cuadros vendidos más caros dentro de la serie de pintores dentro de esta corriente y una profunda huella dentro de la historia del cartel, también nos demostró que a pesar de lo horrible, crudo y desgastante que puede ser el mundo, al final sólo nosotros tenemos el poder de ver más allá del sufrimiento y retratar lo hermoso de la tristeza y la soledad, como lo hizo él con las mujeres de aquellos burdeles … Henri Toulouse Lautrec, el enano impresionista enseño a los pinceles a bailar felizmente el cancán.

- Ivonne B. Mancera

Referencias:

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/toulouse_lautrec.htm

http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/pintores/3464.htm

http://www.medigraphic.com/espanol/e-htms/e-odon/e-uo2005/e-uo05-2/er-uo052f.htm

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