Junio 2011, 3er aniversario

Cuando uno crece comienza a preguntarse qué es lo que está haciendo, si lo que hace está bien o está mal, a dónde nos llevan esas decisiones y sobre todo, si estamos a gusto con ellas.

La motivación llega con los resultados. El Muro cumple este mes de Junio de 2011 su tercer aniversario, y nos sentimos sumamente contentas de poder decir que, cada edición es un espejo de nuestros deseos y de nuestros corazones. Cada hoja es fiel a nosotras mismas.

A lo largo de estos tres años hemos enfrentado retos de verdad importantes, también disfrutamos de nuestros triunfos, pero, lo más delicioso es poder conocer y compartir este espacio con gente tan apasionada como nosotras.

Nuestros lectores y colaboradores alimentan a esta publicación y a sus humildes soñadoras que siempre buscan hacer lo mejor para ustedes.

En esta ocasión, no solamente presentamos nuestra fabulosa portada de “gala”, elaborada artesanalmente por las soñadoras y nuestros diseñadores, también nos permitimos presentar, en esta primer hoja, una verdad muy especial… la verdad de ser escritores y seres humanos… en boca de uno de nuestros colaboradores:

Reflexión Primera:
No sé si mis versos formen un poema, y si realmente mis poemas tengan poesía. Yo le escribo al amor en cualquiera de las formas concebidas por el Hombre. Le escribo a la mujer en su grandeza cósmica, madre de todo ser pensante sobre La Tierra.

Escribo para mitigar la cruda antipatía a la vida, y recuperar la luz del sol en mis ojos. Escribo porque para mí, no hay mejor manera de aprender a llorar de alegría.


- Daniel Cadena B.

Soñadoras, colaboradores, lectores… amigos… Muchas gracias por todo el apoyo, desde el fondo de nuestros corazones.

Bienvenidos a El Muro, con tres añitos!!

Sinceramente:
Ivonne Mancera
Directora Editorial

domingo, 29 de noviembre de 2009

Leyendo por ahí. Por Gia Lovetts


"Noviembre: Mucho más sabio que el dinero"

Debo admitir camaradas que soy una persona que idealiza demasiado, me considero muy romántica y admiradora sobre todo del Romanticismo hispanoamericano.
En mi mundo ideal puedo mejorar y cambiar al mundo, en mi mundo ideal las diferencias sociales no significan nada, y en mi mundo ideal el dinero es innecesario, una mierda, y el arte está salvado de la vileza de la plata.

Quizá por ello "Noviembre", del director Achero Mañas, se volvió mi película favorita desde la primera vez que la ví hace varios años.

"Noviembre" es una película de origen español que nos cuenta la historia de un grupo de teatro callejero bautizado con el mismo nombre del filme. El protagonista, Alfredo Baeza, es un joven creativo que llega a Madrid con el sueño de que el arte sea para todos, para el público escondido y lejano al sector opulento e intelectual. Con ayuda de sus compañeros de la escuela de interpretación teatral, Alfredo regala sensaciones y comprensión al público en general, y en ese proceso se enfrenta a sí mismo en un choque ideológico entre lo que siempre creyó y la transformación hacia algo más convencional pero ciertamente censurado, como ha ocurrido repetidamente en la historia del arte. Sin embargo, el final de esta película nos recuerda que cambiar el mundo... sencillamente no es cosa fácil.

Esta película es una invitación a la insurrección artística y a la apreciación (¡gratis!) de todas estas manifestaciones estéticas, así como del entendimiento entre las personas. Es un trazo magnífico que nos recuerda que el arte no se hizo para permanecer estático por un periquete, que es una cadencia de sentimientos, emociones y pensamientos para provocar al ser humano y sacudirlo de la invariabilidad de la vida que a veces amenaza con desposarse con nosotros. "Noviembre" nos recuerda a los sueños, a la ilusión con la que nacemos y que con el paso del tiempo a veces decae porque el entorno y organización colectiva lo exige. Y así como las opiniones, existen millones de cosas que no tienen precio y tienen mucho más valor que el dinero.

Pero más que una cinta que cuenta con muy buenos actores y atractivos cuadros fugaces que congelan el tiempo, la historia nos pone a pensar: ¿Estamos listos para aceptar la parte extraordinaria del arte? ¿Los mismos poderosos que pagan por él tomarían un poco de su tiempo para contemplar aquello en lo que invierten y aceptar lo inimaginable y extraño que puede ser una canción, un guión o una danza. Porque, camaradas, consumir arte no significa saber apreciarlo, apreciar no significa que el mundo debe conocer que yo sé de arte porque averiguo nombres, y evaluarlo no se mide por un "me gusto mucho, estuvo muy bueno", sino qué es lo que lo ha hecho agradable o desagradable, que lo hace bueno o malo.

Por otra parte esta película me pone a pensar en por qué tantas veces no aprobamos lo que es diferente, por qué nos rehusamos a aceptar la distinción, como si fuese preferible bailar el mismo danzón antes de llamar la atención.
El teatro es algo asombroso, y es una herramienta muy útil para ver desde los ojos de alguien más. Cada representación que aparece en la película nos comprueba que si bien una bora nos entretiene, también es un medio de reflexión e intelección entre individuos.

Achero Mañas, que desde niño estuvo absorto hacia la literatura y el teatro, logró que esta película se consagrara como las mejores películas del cine independiente español, obteniendo tres galardones en el IX Festival de Cine Español de Toulouse, además de el premio Fipresci en el Festival Internacional de Toronto, el premio de la Juventud en el Festival Internacional de San Sebastián y el premio Luis Buñuel de cinematografía.

No importa cuantas veces la vea, "Noviembre" siempre me saca lágrimas y me conmueve... no dejará de ser mi cinta predilecta. Por fortuna, la cultura se incrementa bajo la Ley Mahoma o "Terrorismo blanco" (Ir a buscar al público allá donde se encontrara) y muchos principios de este filme se han logrado llevar a su aplicación. Está mi humilde invitación para que conozcan esta magnífica historia. Sí, a mi también me encantaría cambiar este puto mundo.

Gia Lovetts

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