Noté que me notabas
Noté que me notabas, tú pensando que yo me perdía en la belleza de ese atardecer, yo buscando el pretexto perfecto para volverme hacia ti y poderte ver.
Noté que me notabas, mientras parecía no importarme tu presencia, yo quieto de miedo a que no me notaras.
Noté que me notabas, cuando cayó la noche y la luz de la luna dibujó dos sombras sobre la arena; me percaté al instante que tus ojos querían voltearme y que deseabas que el viento soplara más fuerte para llevar hacia mí el aroma de tu cabello.
Noté que me notabas, parecía que pensaba en todo menos en notarte, pero la duda de si en verdad me notabas, no me dejaba verte a los ojos; sentí que mis pies se quebraban al tratar de ir por ti y pensar en la idea de que eras tú la que no me notaba.
Sé que notaste que te notaba, pero sabedores los dos, de que cada paso que yo doy hacia ti, es el mismo paso que tú das hacia atrás. Amaneció y así quedamos, tú pensando que yo no te notaba y yo notando que tú me notabas.
Joel Eduardo Rico Vallejo
*Colega de Calmecac
No hay comentarios:
Publicar un comentario