“Melodía”
La mejor armonía se logra del ruido y silencio, de luz y sombra, conviviendo con sus altos, bajos, profundos y débiles; llenándose de si.
Tú, misterio sin final, tú, interrogante fugaz. Fijo mi misterio en cada actuación.
Suspiro ante el resultado del sueño inimaginado del susurro vagabundo incrédulo de tu don ilusionista.
Tú, ilusionista que me hace creer en un amor idealista, sacas de tu sombrero tantas promesas fantásticas, tantos sueños placenteros, que se esfuman tan rápido como el viento se lleva las hojas.
Afirmas cada suceso cuan realidad en el universo, analizas cada paso, cada situación venidera.
Tú sabes bien qué tantas cosas lo provocaron; ahora mis pasos se escucharan lejanos a los tuyos y mi corazón llueve y se desgarra.
Soy muerte, tristeza y angustia añorando el rayo de luz, ven con tu alegría, con tu sonrisa a llenar esta alma vacía, insaciable de ti; estamos tan cerca en la distancia; en instantes nos abrazamos en el fulgor de la nostalgia, con la pasión deseada.
Qué se necesita para permanecer a tu lado, qué se necesita para derrumbar el muro de tu corazón; permanezco en el naufragio donde el mar es tu desamor y la tierra no llega a vista, sobrevivo de la indiferente agua salada.
Mi convertidor de entradas.
La tuerca que une mis pensamientos.
La instrucción exacta para emprender el vuelo.
El pedazo de vidrio que aleja la oscuridad de mi alma.
El bastón de insistencia contra el desasosiego.
Soy sombra, soy silencio.
Eres luz, ruido e inspiración.
Haciéndose realidad la paz y armonía en cualquier espacio.
- Viridiana Benavides M.
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