Mi Butaca en Cinema Paradiso,
el clásico está por comenzar.
el clásico está por comenzar.
Las películas pueden convertirse en algo tan personal para todos que llegan a definir momentos esenciales de la vida de un individuo, momentos que van desde lo mas feliz hasta lo más triste.
Las películas son instantes de mágica vida capturados dentro de un espacio plano, del que salen para combinarse con nuestro amor, nuestra felicidad, nuestras vivencias o nuestra melancolía.
Cuando nos sentimos mal, buscamos comprensión o simplemente queremos olvidar nuestra propia existencia y abandonarnos a otra, recurrimos al cine, y este se convierte en una compañía silenciosamente abrasadora.
De eso mismo trata “Cinema Paradiso”, de la vida, del cine y de los momentos que cambian todo, momentos que se quedan en nuestra cabeza como películas que se repiten al paso de los años, una y otra vez.
“Cinema Paradiso” es una obra de arte del gran maestro Giuseppe Tornatore; esta película es un melodrama dirigido en 1988 entre Italia y Francia, en especial en un pueblito italiano llamado Palazzo Adriano.
Esta película es una declaración de amor al séptimo arte, demuestra cómo el cine puede impactar tanto la vida de alguien que puede lograr cambiar su destino.
La historia se desarrolla con un pequeño niño que vive en la provincia de Giancarlo, Italia, en un ¡pueblo maldito! en el que el tiempo parece nunca pasar, asunto que tiene sumidos a los habitantes de esta región en una perdida total de la realidad y el correr del tiempo.
Salvador o Toto, como le dicen al pequeño niño, es el hijo mayor de una familia humilde, su padre tuvo que marchar a la guerra y jamás podrá regresar a casa, la madre, una mujer fuerte y frágil a la vez, trata de lidiar con dos niños pequeños, la pobreza y el dolor de saberse viuda tan joven.
Son tiempos de posguerra y Toto tiene que hacer algo para ayudar en su casa, así que su mama consigue que le ayude al padre del pueblo en la iglesia para que así se gane algunas propinas para llevar a casa, sin embargo nadie cuenta con que Toto es fanático del cine y le gusta ir a gastar el dinero que cae en sus manos al “Cinema Paradiso”.
En esas escapadas que Toto se da a otras realidades, conoce a Fredo, el viejo proyeccionista del cine.
Con el paso del tiempo y la insistencia singular y casi religiosa del niño, consigue que el proyeccionista lo acepte en la cabina.
Al paso del tiempo Toto aprende el oficio de proyeccionista, pero Fredo tiene miedo por é, y le cuenta lo solitario que es ese oficio.
Un día pasa algo trágico y Toto tiene que ser más fuerte que nunca; los años pasan y Toto se encuentra frente a su primer amor, sin embargo el destino es ciego y juega con los amantes jóvenes, y el amor se ve superado por las distancias y el dolor.
Sin embargo, la vida sigue, y el tiempo pasa más rápido de lo que nos damos cuenta, así que Fredo le suplica a Toto que se marche del pueblo y busque su destino, le exige que cuando encuentre lo que quiere hacer de su vida lo ame intensamente y nunca mire para atrás, porque las personas y los lugares que conoció sólo serán un espejismo del pasado.
Así Toto se marcha a Roma y se convierte en un gran cineasta pero, al paso de los años, los recuerdos lo siguen persiguiendo, atormentándolo y consumiéndolo.
Una noche se entera de que Fredo, su gran amigo, ha muerto y decide regresar a su pueblo, sólo para desempolvar los misterios y fantasmas que siempre han rondado su vida.
Esta película es una oda a los sentimientos de toda una vida; la soledad, el dolor, el abandono, la necesidad, la felicidad, el amor, el desamor, el dolor y la nostalgia, todos ellos sentimientos con los que nos podemos sentir identificados en cualquier momento de nuestra existencia.
Una película que refleja las esperanzas que otros ponen en nosotros y de igual manera las esperanzas que nosotros ponemos en los demás, el amor incondicional y los grandes sacrificios de la vida, porque cuando hay amor verdadero no se sacrifica uno, se sacrifican todos a su alrededor.
Anexo mío
Esta película es muy importante dentro de mi vida, la primera vez que la vi me encontraba tratando de alcanzar mis sueños, en una ciudad nueva, sola, lejos de mis seres queridos y luchando con toda mi alma para sobrevivir, recuerdo que fue un día lluvioso con frío, yo me encontraba en una materia llamada cine debate medico, en la facultad de medicina, y era la película de la semana que teníamos que debatir, cuando la vi me impacto tanto y de la misma forma me dolió tanto que cuando la tuve que reseñar para mis compañeros, ese momento cambio para siempre mi vida.
Impacto tanto mi existencia que hoy en día, precisamente en este mes celebro seis años de ese instante, y hace cinco años la magia se repitió, mi vida había cambiado 360º y yo me encontraba en la materia de cinematografía; al encontrarme de nuevo con “Cinema Paradiso” comprendí que los sacrificios son más dolorosos de lo que podemos decirles a los demás, y que no sólo el que se va se sacrifica, sino todos los que lo aman, porque a través de esta película yo comprendí lo que hoy es mi filosofía de vida: “la vida es muy hermosa, inmensamente hermosa, pero inmensamente difícil y dolorosa, y por eso se necesita comprender esto y tener ganas de seguir luchando”.
Dedicado:
Esta butaca de recuerdos la dedico con inmenso amor a las personas que me han amado incondicionalmente y que sé
que “Cinema Paradiso” les cambio la vida como a mi, y que aman esta película inmensamente como yo, se lo dedico también a aquellas personas que se sienten o se han sentido solos y les cuesta encontrar su camino, sólo les quiero decir que sigan luchando, porque su estrella está ahí en el cielo, solo es cuestión de que la sigan.
De eso mismo trata “Cinema Paradiso”, de la vida, del cine y de los momentos que cambian todo, momentos que se quedan en nuestra cabeza como películas que se repiten al paso de los años, una y otra vez.
“Cinema Paradiso” es una obra de arte del gran maestro Giuseppe Tornatore; esta película es un melodrama dirigido en 1988 entre Italia y Francia, en especial en un pueblito italiano llamado Palazzo Adriano.
Esta película es una declaración de amor al séptimo arte, demuestra cómo el cine puede impactar tanto la vida de alguien que puede lograr cambiar su destino.
La historia se desarrolla con un pequeño niño que vive en la provincia de Giancarlo, Italia, en un ¡pueblo maldito! en el que el tiempo parece nunca pasar, asunto que tiene sumidos a los habitantes de esta región en una perdida total de la realidad y el correr del tiempo.
Salvador o Toto, como le dicen al pequeño niño, es el hijo mayor de una familia humilde, su padre tuvo que marchar a la guerra y jamás podrá regresar a casa, la madre, una mujer fuerte y frágil a la vez, trata de lidiar con dos niños pequeños, la pobreza y el dolor de saberse viuda tan joven.
Son tiempos de posguerra y Toto tiene que hacer algo para ayudar en su casa, así que su mama consigue que le ayude al padre del pueblo en la iglesia para que así se gane algunas propinas para llevar a casa, sin embargo nadie cuenta con que Toto es fanático del cine y le gusta ir a gastar el dinero que cae en sus manos al “Cinema Paradiso”.
En esas escapadas que Toto se da a otras realidades, conoce a Fredo, el viejo proyeccionista del cine.
Con el paso del tiempo y la insistencia singular y casi religiosa del niño, consigue que el proyeccionista lo acepte en la cabina.
Al paso del tiempo Toto aprende el oficio de proyeccionista, pero Fredo tiene miedo por é, y le cuenta lo solitario que es ese oficio.
Un día pasa algo trágico y Toto tiene que ser más fuerte que nunca; los años pasan y Toto se encuentra frente a su primer amor, sin embargo el destino es ciego y juega con los amantes jóvenes, y el amor se ve superado por las distancias y el dolor.
Sin embargo, la vida sigue, y el tiempo pasa más rápido de lo que nos damos cuenta, así que Fredo le suplica a Toto que se marche del pueblo y busque su destino, le exige que cuando encuentre lo que quiere hacer de su vida lo ame intensamente y nunca mire para atrás, porque las personas y los lugares que conoció sólo serán un espejismo del pasado.
Así Toto se marcha a Roma y se convierte en un gran cineasta pero, al paso de los años, los recuerdos lo siguen persiguiendo, atormentándolo y consumiéndolo.
Una noche se entera de que Fredo, su gran amigo, ha muerto y decide regresar a su pueblo, sólo para desempolvar los misterios y fantasmas que siempre han rondado su vida.
Esta película es una oda a los sentimientos de toda una vida; la soledad, el dolor, el abandono, la necesidad, la felicidad, el amor, el desamor, el dolor y la nostalgia, todos ellos sentimientos con los que nos podemos sentir identificados en cualquier momento de nuestra existencia.
Una película que refleja las esperanzas que otros ponen en nosotros y de igual manera las esperanzas que nosotros ponemos en los demás, el amor incondicional y los grandes sacrificios de la vida, porque cuando hay amor verdadero no se sacrifica uno, se sacrifican todos a su alrededor.
Anexo mío
Esta película es muy importante dentro de mi vida, la primera vez que la vi me encontraba tratando de alcanzar mis sueños, en una ciudad nueva, sola, lejos de mis seres queridos y luchando con toda mi alma para sobrevivir, recuerdo que fue un día lluvioso con frío, yo me encontraba en una materia llamada cine debate medico, en la facultad de medicina, y era la película de la semana que teníamos que debatir, cuando la vi me impacto tanto y de la misma forma me dolió tanto que cuando la tuve que reseñar para mis compañeros, ese momento cambio para siempre mi vida.
Impacto tanto mi existencia que hoy en día, precisamente en este mes celebro seis años de ese instante, y hace cinco años la magia se repitió, mi vida había cambiado 360º y yo me encontraba en la materia de cinematografía; al encontrarme de nuevo con “Cinema Paradiso” comprendí que los sacrificios son más dolorosos de lo que podemos decirles a los demás, y que no sólo el que se va se sacrifica, sino todos los que lo aman, porque a través de esta película yo comprendí lo que hoy es mi filosofía de vida: “la vida es muy hermosa, inmensamente hermosa, pero inmensamente difícil y dolorosa, y por eso se necesita comprender esto y tener ganas de seguir luchando”.
Dedicado:
Esta butaca de recuerdos la dedico con inmenso amor a las personas que me han amado incondicionalmente y que sé
que “Cinema Paradiso” les cambio la vida como a mi, y que aman esta película inmensamente como yo, se lo dedico también a aquellas personas que se sienten o se han sentido solos y les cuesta encontrar su camino, sólo les quiero decir que sigan luchando, porque su estrella está ahí en el cielo, solo es cuestión de que la sigan.
Gabrielle Vallejo M.
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