Junio 2011, 3er aniversario

Cuando uno crece comienza a preguntarse qué es lo que está haciendo, si lo que hace está bien o está mal, a dónde nos llevan esas decisiones y sobre todo, si estamos a gusto con ellas.

La motivación llega con los resultados. El Muro cumple este mes de Junio de 2011 su tercer aniversario, y nos sentimos sumamente contentas de poder decir que, cada edición es un espejo de nuestros deseos y de nuestros corazones. Cada hoja es fiel a nosotras mismas.

A lo largo de estos tres años hemos enfrentado retos de verdad importantes, también disfrutamos de nuestros triunfos, pero, lo más delicioso es poder conocer y compartir este espacio con gente tan apasionada como nosotras.

Nuestros lectores y colaboradores alimentan a esta publicación y a sus humildes soñadoras que siempre buscan hacer lo mejor para ustedes.

En esta ocasión, no solamente presentamos nuestra fabulosa portada de “gala”, elaborada artesanalmente por las soñadoras y nuestros diseñadores, también nos permitimos presentar, en esta primer hoja, una verdad muy especial… la verdad de ser escritores y seres humanos… en boca de uno de nuestros colaboradores:

Reflexión Primera:
No sé si mis versos formen un poema, y si realmente mis poemas tengan poesía. Yo le escribo al amor en cualquiera de las formas concebidas por el Hombre. Le escribo a la mujer en su grandeza cósmica, madre de todo ser pensante sobre La Tierra.

Escribo para mitigar la cruda antipatía a la vida, y recuperar la luz del sol en mis ojos. Escribo porque para mí, no hay mejor manera de aprender a llorar de alegría.


- Daniel Cadena B.

Soñadoras, colaboradores, lectores… amigos… Muchas gracias por todo el apoyo, desde el fondo de nuestros corazones.

Bienvenidos a El Muro, con tres añitos!!

Sinceramente:
Ivonne Mancera
Directora Editorial

martes, 21 de junio de 2011

El Resplandor en junio, por Gabrielle Vallejo M.

Las Letras de la historia…
“La Novela Revolucionaria…
Mariano Azuela González”



A veces la vida nos lleva por diferentes caminos, cuando en realidad nuestra vocación es otra, y quizá es lo que le pasó a Mariano Azuela, de profesión medico, y de alma escritor… esos cuentos de Revolución, esas letras en Dictadura Porfirista, y la ayuda, a los que más lo necesitaban.
Nació en Lagos de Moreno, Jalisco, el uno de enero de 1873, al principio cursó estudios en Lagos, y para la universidad, se fue a Guadalajara a estudiar medicina, terminando la carrera en 1898. Durante el transcurso de sus estudios, Azuela escribía algunas narrativas y artículos, fue el caso de una revista de México, que le publicó con buenas críticas.

En 1899 se regresó a Lagos de Moreno y trabajó en su propia botica, se casó con Carmen Rivera y ejerció la medicina hasta 1911. En 1903 obtuvo su primer premio por la narración “De mi tierra”, y en el año de 1907 publicó su primera novela “María Luisa”. Posteriormente comienza a desarrollar una escritura con más preocupación social, de donde deriva “Mala Yerba” en 1909. A partir de este momento, Azuela comienza a evidenciar la corrupción del gobierno y la desigualdad que hay para el pueblo, con una narración cruda y dolorosa para la situación por la que pasaba el país.

Al ser maderista y encontrarse en la política de Lagos de Moreno, lo nombran jefe político, pero desilusionado con el poder reinante decide renunciar; posteriormente, a la caída de Francisco I. Madero, se afilia a las fuerzas villistas, y cuando es derrotado Villa, Azuela se exilia a El Paso Texas.


De estas vivencias Mariano Azuela logra capturar el ambiente de guerra, el sufrimiento y la desesperanza, temas de donde sale su más famosa novela “Los de Abajo”, en la cual desarrolla un estilo propio, donde la lucha armada es el protagonista, junto con el caos, la cólera y la venganza.

Ya siendo un novelista reconocido, Azuela cultivó el ensayo y comenzó a adaptar algunos de sus escritos para el teatro. Todos sus textos nos dan una visión de la sociedad y su lucha contra la opresión, al mismo tiempo, su narrativa es tan cautivadora que al leerla nos hace sentir atrapados en el campo de batalla y nos da todas las herramientas para imaginar la difícil situación por la que pasaba México.


En 1916, ya retirado de la política, regresa a México, donde ejerce la medicina, pero al mismo tiempo se consuma como escritor, usando el entorno que le rodeaba como plano para desarrollar sus novelas.


Sus sellos característicos como escritor de revolución, son sus narrativas de batalla, los paisajes rurales donde se desarrollaban, el fastidio y cansancio de sus personajes y su cruel ironía sobre la tensión social que se vivía por las luchas armadas en el país.

Mariano Azuela fue una voz de denuncia incansable. Murió en la ciudad de México el uno de marzo de 1952. Pero sus letras siempre serán leídas por todas las generaciones de mexicanos, que como él, buscamos un cambio…

“La revolución beneficia al pobre, al ignorante, al que toda su vida ha sido esclavo, a los infelices, que ni siquiera saben que si lo son, es porque el rico convierte en oro las lágrimas, el sudor y la sangre de los pobres.” –Mariano Azuela–


Gabrielle Vallejo Montaño.

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